• Lo que vivimos tiene una trascendencia fundamental en la vida de los otros.
  • Como espacio social que formamos no hay ninguna realidad que nos sea ajena.
  • Desde lo micro (nuestra realidad cercana y a mano) intentamos estar en conexión con otras realidades distantes físicamente, pero a las que nos sentimos vinculados.
  • Vemos cómo en medio de tanta delegación / ventanillas de atención, el compromiso personal se vuelve un imperativo:  acoger en nuestra casa, vivir con desarrapados, compartir su suerte….
  • Dejarnos “acoger” por la exclusión más que seguir perpetuando que somos nosotros quienes les “damos” / “enseñamos” / “acogemos”.
  • Refrescar la realidad “indisoluble”: la Fe y la lucha. No encontramos ningún camino intermedio para vivir, celebrar y continuar.
  • El lugar social es fundamental.

 

 

Javi Baeza