(Isräel Mensah, originario de Benín, es vicepresidente de la Conferencia de ONGIs del Consejo de Europa y Jean-Claude Gonon es responsable del Grupo de Trabajo Europa Mediterranea que se ocupa de los refugiados)

El texto ha sido traducido al español por Aitor Orube de la Comunidad de Sto Tomás de Aquino.

 

Querido Jean-Claude,

He leído con mucho interés tu texto introductorio sobre «Migración y educación». En gene- ral me identifico con las reflexiones que figuran en el documento.

Dada la actualidad del tema se trata, hoy en día de «Emigrantes» y de «Refugiados», en todo caso se trata de su acogida en cuanto que son personas humanas huyendo de la guerra o del hambre. Su acogida debe organizarse a todos los niveles de la estructura social.

En cuanto al sector educativo, que es el que nos preocupa, por supuesto que el enseñante tiene un papel muy importante en el proyecto de la construcción de una sociedad europea inclusiva como las instituciones europeas nos lo invitan. Estoy de acuerdo con los diferentes puntos de atención que has enumerado como elementos necesarios, ver inevitables que pue- den hacer fecunda esta educación inclusiva: puntos que implican un verdadero encuentro y un verdadero diálogo de nuestras diversidades.

En esta acogida, se plantea también la cuestión de la integración. ¿Qué forma queremos que tome esta integración?

*¿ Asimilación?

*¿ Comunitarismo?

* ¿ Intercultural?

El fracaso de las dos primeras opciones o sus límites, crea una fobia a veces justificada de las poblaciones europeas y alimenta el lecho de discursos de ideologías populistas y nacionalistas.

Según mi propia experiencia he aquí las reflexiones que alimentan mis acciones educativas y asociativas incluso en el seno de la Conferencia de las OING del Consejo de Europa.

La trampa de la identidad

 

El individuo contemporáneo, sumergido por la riqueza material y por una multitud de recur- sos culturales y físicos, distraído por innumerables estímulos, el individuo contemporáneo pierde de vista la dimensión relacional de su vida, y se encuentra así cogido en la « trampa de la identidad», en la que el individuo levanta un muro entre su espacio personal y los demás. Es lo que constata hoy nuestras ONG confrontadas a este tipo de sociedad.

Por consiguiente es importante para nosotros captar estas reflexiones para entender la raíz de los problemas de nuestras sociedades y ser capaces de suministrar repuestas apropiadas para nuestra intervención. En efecto, la «trampa de la identidad» repercute en las relaciones interculturales así como en toda otra forma de relación, poniendo en marcha la intolerancia, la exclusión o bien tentativas de asimilación forzada hacia aquellos que son comprendidos como «extraculturales». Al contrario, esta distancia que se interpone entre nosotros y los demás puede también conducirnos a ver la diferencia « exótica» del otro como un objeto de admiración o incluso de auto-asimilación. Esta actitud hace trivial la cultura del otro, redu- ciéndola a estereotipos: es pues tan peligrosa como la precedente.

Hay también la actitud paternalista, o se es bueno con el inmigrante para nuestra conciencia y por nuestra generosidad real, pero no siempre justa con el inmigrante porque no es más que un inmigrante. El tratamiento de los antiguos combatientes de las dos grandes guerras (entre los franceses y los Africanos) no ha sido durante mucho tiempo el mismo que el de después de la victoria.

Una identidad relacional y plural.

Así, la percepción del otro como extranjero, exterior, lejano, juega mucho en el malestar que caracteriza las relaciones interpersonales e interculturales en nuestras sociedades occidenta- les. Milan señala que el problema tiene su raíz en la concepción contemporánea de la identi- dad de la persona,cuya dimensión relacional ha sido excluida. La relación con el otro es un componente fundamental de la identidad de la persona esencial para su completo desarrollo. Hay que recuperar una concepción de la identidad como identidad relacional, plural y en diálogo, que hace del otro una presencia importante, aunque distinta, al interior de mi espacio existencial.

Es sólo recuperando este concepto de la identidad que se podrá superar la «trampa de la identidad» y acceder a un verdadera perspectiva intercultural. Esta visión inclusiva de la identidad de la persona nos parece el punto de partida esencial y una concepción que debe sostener toda acción que tienda a promover el diálogo intercultural.

Esta convicción nos conduce a sostener las orientaciones de la Guía del Consejo de Europa « La ciudad intercultural paso a paso» que promueve el acercamiento intercultural como medio de gestión de la diversidad. Identifica la ciudad, la villa, como el contexto por excelencia en el que se desarrollen soluciones reativas para la interculturalidad. Compar-timos esta visión que apunta a hacer de la ciudad un espacio de relaciones interculturales que sean ante todo encuentros interpersonales. Su potencial, en cuanto que es espacio de socialización, en el que las culturas y las personas pueden encontrarse y evolucionar a través del enriquecimiento mútuo, es innegable. Es el valor añadido del acercamiento intercultural por oposición a los acercamientos tradicionales de la gestión de la diversidad:subrayando la necesidad de permitir a cada cultura sobrevivir y prosperar,éstas no pueden desarrollarse más que contactando con otras culturas, y no aislándose. El acento por con-siguiente se pone en el reforzamiento de la interacción intercultural como un medio para reforzar la confianza y el tejido comunitarios, al mismo tiempo que intentar minimizar la consolidación de grupos definidos por lo étnico.

La ciudad intercultural tiene una población diversa, compuesta de personas que se diferen-cian por la nacionalidad, el origen,la lengua o las creencias. Es el caso de cada una de nuestras metrópolis. En el modelo de ciudad intercultural ideal, que presenta la Guía y que apoyan las ONG, la mayoría de los habitantes consideran la diversidad no como un proble- ma, sino como un logro. Reconocen que todas las culturas se enriquecen por el hecho de en-contrarse en el espacio público. Esta ciudad deseada combate los prejuicios y la discrimina- ción. Ella vigila la igualdad de oportunidades adaptando sus estructuras de gobierno, sus instituciones y sus servicios a las necesidades de todos sus habitantes, sin comprometer los principios de los derechos del hombre, de la democracia y de la preeminencia del derecho.

¿Cómo promover estas políticas de gestión de la diversidad en la práctica?

Aún aquí, nuestras observaciones se unen a las de la Guía: actividades organizadas para favorecer el diálogo intercultural incluso estando enmarcados en términos étnicos ( por ejemplo un festival dedicado a una minoría específica) tienen, paradójicamente, tendencia a conllevar una disminución de la participación de la comunidad. Estas no permitan mejorar las relaciones interculturales.

Esto se produce porque este género de acontecimientos tienen tendencias de promover la idea de que las comunidades a las que están dedicados son culturas «otras». Terminan por refor-zar las distinciones y las barreras culturales más que debilitarles lo que se acerca al proble-ma de la «trampa de la identidad».

Por estas razones, es importante que toda acción para la gestión de la diversidad esté fundada en una perspectiva no-ética.

En efecto, el acento de estas políticas y prácticas debería más bien ponerse en la promoción de los encuentros. Estos encuentros se pueden desarrollar de manera informal, en marcos de la vida diaria tales como en las iglesias, actividades deportivas, escuelas, cafés, calles y todo tipo de lugares en medio urbano. Estos son «los medios sociales donde los habitantes hacen su vida cotidiana». Nuestras ONG son el actor y el lugar privilegiado.

Actuar en estos medios como punto de partida para la construcción de la ciudad intercultu-ral significa actuar en los círculos relacionales más inmediato de la gente, en donde las personas se definen y se realizan en su vida de todos los días. Es en este sentido que debería interpretarse la disposición de la Guía según la cual la prioridad de las políticas y de las acciones para la interculturalidad debería ser «favorizar los encuentros 8formales e informales) y mobilizar los ciudadanoas acerca de cuestiones de interés común que trascienden las discrepancias étnicas y sociales».

Nuestras ONG tienen esta facultad de presencia en lo cotidiano. Pueden ser el motor de acciones para la promoción de la interculturalidad en este modelo. La sociedad civil organizada juega en este aspecto un papel de primer plano. Nosotros reconocemos pues nuestra responsabilidad en la promoción del diálogo intercultural auténtico, que pasa ante todo por un refuerzo de la relación social.

Este vínculo social,este espíritu de comunidad, puede reavivarse aprovechando las innume-rables posibilidades que se ofrecen en una ciudad para trabajar en común para el bien de todos. Es así que trabajaremos en la puesta de confianza y la reconstitución de la persona, a su realización en la dimensión de la relación. La persona que se proyecta en el compromiso en el compromiso social puede en efecto volverse, a su vez, actor de la construcción de la red comunitaria y de la ciudad intercultural.  Para que los ciudadanos se comprometan en un tal proceso, es esencial poder sensibilizarlos desde la niñez a la interculturalidad y a la socialidad. La educación en la ciudad intercultu-ral debe fundarse en el «principio de la socialidad», sobre el reconocimiento fundamental de la dimensión interpersonal para el desarrollo de la persona y de su identidad.

Ejemplo de buena práctica que el enseñante que yo soy intente desarrollar para una mejor acogida del inmigrante y su integración.

Memorias de Africa.

A través de los cuentos que han atravesado innumerables generaciones la asociación franco-beninesa, Memorias de Africa, que yo he creado, tiene esta misión de restitución de la historia propia a la identidad de los africanos de Francia y, haciendo ésto,una misión de pasarela entre los dos continentes.

Es así que la asociación recoge y publica cuentos tradicionales de Benin, recogidos por jóvenes junto a los ancianos, a fin de proteger este patrimonio. La voluntad de la asociación no ha sido magnificar la particularidad ética de los cuentos sino al contrario, ponerlos en frente de los cuentos franceses, permitiendo así a los jóvenes benineses que viven en Francia fusionar su doble identidad cultural. La asociación ha publicado un libro titulado «Cuentos cruzados. Cuando Africa y Europa se contestan». Pone en evidencia los cuentos tradiciona-les de Benin y textos clásicos franceses, orientados sobre temas centrales comunes ( envidia maléfica, orgullo castigado, buenas acciones recompensadas,...) y permite un diálogo enriquecedor entre las dos tradiciones.

La asociación ha comenzado una colaboración con una escuela local, la escuela San Francisco, que llevará los enseñantes a adoptar el libro en el marco de su programa escolar y por consiguiente a abordarlo en clase con los alumnos. En el primer encuentro en torno al libro, los alumnos se han mostrado curiosos y positivos cara al aprendizaje de una tradición diferente y a la comparación con los suyos. La aso-ciación trabaja actualmente con la escuela en la organización de la segunda edición de la «Noche de los Cuentos», en la que los cuentos serán presentados por los alumnos bajo la forma de una pieza de teatro. En el marco de esta colaboración, por otra parte se realizará un taller de escritura de cuentos, al término del cual los alumnos confeccionarán un cuento colectivo en torno al tema « Cuando Africa y Europa se responden». la asociación busca actualmente entrar en contacto con las bibliotecas de varias ciudades de la región parisina para organizar actividades como las lecturas de cuentos, intentando promover la participa-ción de un público de cualquier edad. Gracias a su trabajo, Memorias de Africa apunta a ayudar a los alumnos (y al público en general) a «abrirse al otro y a su diferencia», una competencia que, dicen, es necesaria no solo en situaciones interculturales, sino en la vida de toda comunidad humana: la familia, el barrio, la empresa, la nación.

A fin de evitar los estereotipos o la exaltación de diferencia «exóticas», la asociación procura promover el diá-logo intercultural a través de la reciprocidad: acoger una persona en su diferencia no es posible más que si ésta se vuelve disponible a la especificidad de quien le acoge. Las especi-ficidades de cada uno son la base del intercambio: mejor se conozca, mejor puede abrirse al otro. Al mismo tiempo, la experiencia de la asociación ha llevado a la realización de que todas las culturas, a pesar de sus diferencias, comparten las mismas aspiraciones a ciertos valores comunes ( la paz, la justicia, la verdad, la felicidad) y la misma preocupación para las cuestiones fundamentales de la existencia humana, como el sentido de la vida y de la muerte.

Es innegable que la educación prepara a la ciudadanía. Y, ya que la diversidad se ha vuelto parte de nuestra vida diaria, la educación a la vida activa debe ser también educación al diálogo intercultural. Todos los ciudadanos deben estar equipados de competencias operacionales, comunicativas y sociales prácticas ( competencias lingüísticas incluidas) a fin de tomar parte activa en la vida scial, económica y política de su ciudad. ¿Cómo poner ésto en práctica? Como nos lo sugiere la Guía del Consejo de Europa, el desarrollo de estas competencias debería hacer el objeto de estrategias de formación completas, implicando no sólo programas escolares sino también programas destinados a los padres y a los enseñantes así como a otros operadores de la ciudad intercultural.

Israël Mensah - Doctor de Estado en Teología Católica. Especialidad en Moral Política.

Licencia de Filosofía de París/Sorbona

Presidente/Fundador de la asociación « Memorias de Africa»

Referencias:

- Conseil de l´Europe (2008), Livre blanc sur le dialogue interculturel « Vivre ensemble dans l´égale dignité», Strasburg: Publications du Conseil de l´Europe.

- Milan G. (2008), «Le stanzatte e l´utopia: Combattere il rimpicciolimento ospitando la cittá, in Gasperi E. (ed), Dar luogo ai luaghi. La cittá cantiere di interculturalitá, Padua:Cleup.

-Triandafyllidou A., Modood T., Meer N., eds (2011) European Multiculturalisms: Cultural, Religious and Ethnic Challenges, Edinburgh: Edinburgh University Press.

-Conseil de l´Europe (2013), La cité interculturelle pas à pas. Guide pratique pour l application du modèle urbain de l intégration interculturelle, Strasbourg:Publications du Conseil de l´Europe.